Nuevo Laredo, Tamaulipas, 13 de marzo del 2025.-Pacientes renales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) han protagonizado una serie de protestas contra la Clínica San José en Nuevo Laredo, ahora conocida como Espron, debido a las condiciones insalubres y la aparente negligencia en los tratamientos de hemodiálisis. Los manifestantes denuncian la grave situación que enfrentan a diario, exponiendo riesgos de salud y demandando una intervención urgente de las autoridades de salud.
Según los testimonios de los pacientes, entre los problemas más graves señalados se encuentran la reutilización de filtros hasta en 11 ocasiones, lo que aumenta considerablemente el riesgo de infecciones graves. Además, se han reportado casos de infecciones debido a la contaminación de los catéteres utilizados durante los procedimientos de hemodiálisis.
Otro de los señalamientos es la falta de agua potable en las instalaciones, lo cual ha generado preocupación sobre la higiene y seguridad en el proceso de tratamiento. Incluso, se ha alertado sobre la presencia de fauna nociva en las instalaciones, lo que agrava aún más la situación.
“Las condiciones son inhumanas”, expresó Miguel Ángel Segovia Córdoba, uno de los principales afectados y vocero del movimiento. Según el denunciante, en el último mes han fallecido cinco pacientes debido a complicaciones relacionadas con las condiciones de la clínica. “Exigimos que el IMSS y las autoridades de salud intervengan de inmediato para que nos brinden un servicio digno y seguro”, declaró Segovia Córdoba.
La situación en la Clínica San José ha generado una creciente preocupación en la comunidad local, ya que muchos temen por la salud y bienestar de los pacientes que dependen de la hemodiálisis para sobrevivir. Los manifestantes continúan exigiendo respuestas y soluciones inmediatas para evitar más muertes innecesarias.
El IMSS y las autoridades de salud aún no se han pronunciado oficialmente sobre las denuncias, pero la presión de los afectados sigue aumentando mientras esperan una respuesta que garantice la seguridad y la dignidad en el tratamiento de los pacientes renales.

